Desde el lanzamiento de Windows 10 la mayoría de los usuarios han puesto el punto de mira, en la tan cuestionada privacidad del nuevo sistema operativo. Días después de su estreno ya nos hacíamos eco, de algunas polémicas sobre su seguridad, como determinados ajustes por defecto, el robo de banda ancha a los usuarios o el reinicio en bucle del sistema.
La última noticia según un informe de Ars Technica, parece ser que el nuevo sistema operativo no puede parar de mandar información sobre el sistema a Microsoft. Según informan, Windows 10 envía datos de los usuarios a la compañía, sin importar los ajustes de privacidad que haya establecido previamente el usuario.
El análisis muestra que Windows 10 manda información a Microsoft , aunque se haya configurado el equipo para que no lo haga. Parte del tráfico es aparentemente inofensivo, simplemente tests no identificables que comprueban la conexión a internet. Sin embargo otra información enviada o solicitada por Microsoft parece ser más problemática.
Windows 10 envía datos periódicos a un servidor de la compañía llamado ssw.live.com, que es utilizado por OneDrive y otros servicios. Esta información es transmitida por el sistema operativo aunque el servicio de almacenamiento en la nube esté desactivado, por lo que la naturaleza del envío de estos datos no queda muy clara.
En Ars Technica han realizado un análisis y test de telemetría, entra en su web para verlos completos.
El problema que se plantea es que, aunque no sepa exactamente que información se envía y con que propósito, la privacidad de los usuarios sigue en juego. Muchos usuarios se plantearán como una opción aceptable perder parte de su privacidad para obtener servicios como Cortana, Bing o el almacenamiento en OneDrive, pero otros muchos quizás no. La única opción para estos últimos es desactivarlos. Y si desactivándolos tampoco pueden evitar ser identificados o el envío de sus datos sin su permiso, sólo queda una opción:
El problema que se plantea es que, aunque no sepa exactamente que información se envía y con que propósito, la privacidad de los usuarios sigue en juego. Muchos usuarios se plantearán como una opción aceptable perder parte de su privacidad para obtener servicios como Cortana, Bing o el almacenamiento en OneDrive, pero otros muchos quizás no. La única opción para estos últimos es desactivarlos. Y si desactivándolos tampoco pueden evitar ser identificados o el envío de sus datos sin su permiso, sólo queda una opción:
"Si realmente te importa tu privacidad, no instales Windows 10"
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